![]() |
Protesta en Plaza de Mayo por el aumento en las tarifas de los clubes de barrio. |
La llegada de Cambiemos a la presidencia se vio acompañada de un sinceramiento de tarifas, que se encontraban desactualizadas desde hace años. Una de las principales razones que utilizó el gobierno para justificar esta acción era bajar la cantidad de dinero que emite el Estado en calidad de subsidios. El problema se presentó cuando esta medida, que aumentó de manera considerable el monto de las tarifas de los servicios básicos, se aplicó a todos por igual.
En este punto es donde los clubes de barrio se pusieron en la mira de los medios de comunicación. El aumentó de las tarifas complicó las finanzas de algunos clubes y dejó al borde del cierre a otros. En 2016, cuando comenzó a regir el aumento, el panorama que ofrecían los medios era apocalíptico. MinutoUno titulaba: El fin de los clubes de barrio.
La respuesta de los clubes no se hizo esperar, la situación no lo permitía. Desde el gobierno se propuso realizar un registro de clubes de barrio para poder regularizar la situación de cada uno. Medida que tuvo puntos buenos y negativos, ya que directivos de varios clubes se quejaban de que los procedimientos burocráticos retrasaban e imposibilitaban a muchos clubes de poder conseguir la ayuda económica que les permitiera seguir funcionando.
El reclamo fue escuchado por el gobierno, que tomó cartas en al asunto y trascendieron nombres de ciertos clubes que se verían beneficiados con la devolución de porcentajes de las tarifas pagadas. La promesa de que se implementarían tarifas especiales para los clubes se resaltó en los discursos de los funcionarios, sin embargo ya había quienes, como el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, advertían que los beneficios solo iban a llegar a una pequeña parte de los clubes de barrio.
Desde entonces el día a día de los clubes era una incertidumbre. Algunos lograron acceder a las tarifas reducidas, otros simplemente recibieron un recambio de lamparas antiguas por unas LED de bajo consumo. En este contexto, en el que la movilización de los clubes de barrio no se detuvo, se impulsó un proyecto, que regularía a los clubes de barrio con el objetivo de definir quiénes calificaban en este sector y así poder garantizar no solo la continuidad de los existentes, sino también promover la creación de nuevas instituciones donde se practiquen actividades culturales y deportivas. La medida no se limita a la provincia de Buenos Aires, sino que es de alcance nacional.
En la actualidad, si bien la Ley 27.098 se aprobó, hay muchos clubes que manifiestan que su relación con el gobierno nacional es prácticamente nula (ver El Enard brilla por su ausencia). Algunos consiguen ayudas desde sus municipios (ver el caso del Club General Mitre que no recibe dinero desde el municipio de Avellaneda desde hace año y medio), otros recurren a quienes estuvieron ahí desde el principio, sus socios.